Mañana es el día de Acción de Gracias (Thanksgiving) en los Estados Unidos, pero a esta orilla del charco los británicos, en lo que a la economía se refiere, tienen muy poco que agradecer a Trump, a Putin, a los aranceles, al contexto internacional, al Brexit y también a su Gobierno. El presupuesto que presenta hoy la ministra de Finanzas, Rachel Reeves, es más propio del Black Friday, del día de los difuntos, o el “miércoles negro” de 1992, cuando la Administración de John Major se vio obligada a sacar la libra esterlina del sistema monetario europeo.

Impuestos adicionales de unos 2.000 euros al año para una pareja típica de clase media en la que ambos trabajan no es la mejor receta para subir la popularidad de la titular de Hacienda más denostada desde que se realizan sondeos en Gran Br

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