La Administración Trump quiere usar a David Huerta, líder del segundo sindicato más grande del país, el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios, y a otros ciudadanos estadounidenses, para meter miedo a quienes se atrevan a alzar la voz por los inmigrantes.

Esta semana, Huerta se declaró no culpable de un delito menor por presuntamente obstruir una redada del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), el 6 de junio en el Distrito de la Moda.

El dirigente sindical ya lleva ganancia porque inicialmente le querían enderezar un delito mayor, que le hubiera hecho purgar hasta seis años en prisión; en cambio un delito menor, significa un año tras las rejas.

Durante su intervención ante el juez, dijo que los cargos en su contra no tienen fundamento, y son un intento para acallar y silen

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