Un bebé con menos de 24 horas de vida fue trasladado desde San Martín de los Andes a Neuquén por una obstrucción intestinal. Los médicos del hospital Castro Rendón les explicaron a sus padres que muy probablemente necesitaría una transfusión de sangre, pero se opusieron por convicciones religiosas: son Testigos de Jehová. A una velocidad inusitada la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes debió actuar para que se concretara la cirugía. De ello dependía la vida el niño.
La defensora Laura Lucero tenía alrededor de cinco horas para intervenir. Eran alrededor de las 10 cuando recibió el caso y la cirugía se había programado para las 15. «Teníamos que hacerlo urgente», enfatizó.
«Hice una autosatisfactiva, que es justamente una herramienta judicial para estos casos muy urgentes

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