Fueron intocables cuando estuvieron protegidos por el capo

Perseguidos y aniquilados al separarse del Cártel de Sinaloa

José SANCHEZ LOPEZ

Desde la primera fuga de Archibaldo (Joaquín) “El Chapo” Guzmán Loera, –el nombre se lo cambió porque no le gustaba–, su cúpula de poder, conformada por Ismael “El Mayo” Zambada García, Ignacio “Nacho” Coronel Villarreal y los hermanos Beltrán Leyva, entre otros, permaneció intacta por más de nueve años y sus cómplices, mientras estuvieron a su lado, nunca fueron tocados, pero al separarse de su organización se les persiguió y acosó ferozmente hasta aniquilarlos.

Unos terminaron muertos, algunos en la cárcel y otros desaparecidos.

Ejemplos de las consecuencias padecidas por aquellos que decidieron romper con Guzmán Loera hay varios, como el caso de

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