Cientos de reclutas de la Guardia Costera que actualmente se encuentran en entrenamiento en Cape May no pudieron regresar a casa para celebrar el Día de Acción de Gracias. Sin embargo, gracias a la Operación Fireside, varias familias anfitrionas abrieron sus puertas para brindarles un lugar en la mesa y compartir con ellos la festividad.

“Es la primera vez que estoy separado de mi familia después de 15 años, y los extraño mucho”, compartió Pedro Dávila, uno de los reclutas.

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Las duras exigencias del entrenamiento hacen que días como hoy sean especialmente difíciles para quienes se encuentran lejos de casa, y las llamadas con sus seres queridos se vuelven vitales.

Pero el apoyo no terminó ahí. Este jueves 27 de noviembre, los rec

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