El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado marcha atrás en el plazo del Día de Acción de Gracias que concedió a su homólogo Volodymyr Zelensky para alcanzar un acuerdo en Ucrania, a pesar de su deseo de ser visto como un pacificador.

Es una señal clave: el próximo desenlace de su iniciativa de paz (ahora una reunión en Moscú entre su enviado Steve Witkoff y el Kremlin) probablemente no producirá un acuerdo repentino para poner fin a la invasión rusa.

Las diferencias entre Ucrania y Rusia siguen siendo demasiado evidentes, y las razones de Kyiv para la obstinación están demasiado impregnadas de sacrificio, ansiedad y sangre.

La reticencia del presidente Vladimir Putin a aceptar cualquier propuesta que no le permita controlar toda la región oriental ucraniana de Donetsk probab

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