Hay personajes que atraviesan décadas como si fueran parte del inventario cultural obligatorio de Chile: están ahí, antes de que uno sepa multiplicar o saber quiénes han sido los héroes de la patria. Mario Kreutzberger - Don Francisco - es exactamente eso: un rostro tan instalado como el himno nacional en cualquier acto, esa figura que el país reconoce sin necesidad de presentación.

Desde Sábado Gigante , el programa más longevo del mundo, hasta la Teletón Chile nacida en 1978, su poder ha sido construir un país que, por 27 horas, deja en pausa sus batallas internas : algo tan raro como ver a todos los chilenos de acuerdo en un post de Facebook o en un mismo hilo de Twitter.

Su manejo político es el de un equilibrista experto: nunca candidato, siempre influyente. Esa infl

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