Georgia Barrington acaba de ser madre , pero no fue ella quien dio a luz a su hija. Ese momento le perteneció a su mejor amiga, Daisy Hope, quien llevó al bebé en su vientre tras una promesa que se hicieron en la adolescencia.
Estas dos mujeres han sido inseparables toda su vida. Se consideran “hermanas del alma” y han crecido juntas, con sus padres siendo mejores amigos.
Su cercanía en la infancia se convertiría más tarde en la base de un acto de generosidad que les cambió la vida.
A los 15 años, a Georgia le dijeron algo que ninguna joven espera oír: había nacido sin útero y nunca gestaría un hijo.
El diagnóstico, síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKH), afecta a aproximadamente a 1 de cada 5.000 mujeres, y para Georgia, fue como si su futuro se hubiera reescrito en u

El Comercio Tecnología

The Daily Beast
America News
Raw Story
Page Six
KCRG Iowa
AlterNet