Candelaria García cumplió 104 años el pasado 3 de septiembre. Lo celebró en su casa de El Sequero en Ingenio , rodeada de recuerdos familiares y de la calma que la acompaña desde siempre. A su lado, su hija Luz Marina ayuda a ordenar una vida que atraviesa más de un siglo y que se sostiene sobre una idea que Candelaria repite una y otra vez. De forma directa, resume sus hábitos: nunca ha comido hamburguesas, pizzas, perritos, latas, embutidos, mantequilla ni mayonesas. Nada procesado. Todo natural. Lo del tiempo, lo que daba la tierra. Como ahora, aceitunas de la tierra, siempre acompañado con gofio, a diario. Antes también comían zapote, muy común en Canarias . Su relación con la salud ha sido igual de singular: solo necesitó médico una vez, por una caída, y nunca llegó a operarse

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