Durante años, la conversación pública sobre el colesterol se fundamentó en la división entre el LDL “malo” y el HDL “bueno” .
Sin embargo, investigaciones actuales demuestran que la realidad es mucho más compleja. Hoy, el enfoque está en entender la cantidad y el tipo de partículas que lo transportan —con especial atención en la Apolipoproteína B (ApoB) — y en la identificación de riesgos genéticos individuales, redefiniendo la prevención y el tratamiento de la principal causa de muerte mundial: la enfermedad cardiovascular.
Un avance clave: el rol de ApoB y la información genética
Recientemente, la identificación de un marcador genético que predice el riesgo de tener niveles elevados de ApoB —la principal proteína transportadora de colesterol— ha significado un punto de

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