Las almohadillas de los , esas pequeñas pero resistentes estructuras situadas en sus patas cumplen una función vital: actúan como amortiguadores ante el contacto con el suelo, protegen de superficies calientes o rugosas y resguardan huesos y articulaciones del desgaste diario. Sin embargo, a menudo su cuidado pasa desapercibido. Aunque están diseñadas para soportar grandes esfuerzos, como advierte Purina, “no son impenetrables”, y requieren atención constante para evitar grietas, quemaduras o lesiones.

Según la red de clínicas veterinarias AniCura, las almohadillas están formadas por varias secciones con depósitos de grasa que amortiguan los impactos y glándulas sudoríparas que regulan la humedad y la temperatura corporal. Su salud es, por tanto, un indicador del bienestar

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