El luto oficial en Hong Kong concluyó este lunes entre banderas a media asta y una cola de kilómetros de ciudadanos atormentados que, en silencio, dejaron crisantemos blancos y amarillos ante las ruinas calcinadas de Wang Fuk Court, en Tai Po. La magnitud del desastre no admite eufemismos, con al menos 151 cadáveres identificados, alrededor de un centenar de desaparecidos y una búsqueda que se prolongará, como mínimo, tres semanas más. Es la catástrofe urbana más mortífera de la historia reciente de la ciudad. Pero el duelo ya no es lo único que paraliza, el miedo lo está superando. En apenas 72 horas, las detenciones bajo la Ley de Seguridad Nacional se han convertido en una de las prioridades del régimen.
Los hechos verificados
El fuego empezó en la torre 3 del complejo público c

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