Hay personas cuya presencia transforma silenciosamente el suelo que pisan, personas que no necesitan alzar la voz para marcar un rumbo, porque lo hacen a través de su trabajo, de su legado, de su forma de ver el mundo. Fernando de San Román fue uno de esos hombres. Un hacedor incansable, un soñador práctico, un espíritu que sostuvo siempre la convicción de que la vida se construye con decisión, con trabajo y con un compromiso real con el lugar que se habita.

Hoy, la noticia de su partida golpea a toda la comunidad productiva y empresaria del NOA , a su familia, a sus equipos y a quienes tuvieron el privilegio de escucharlo, aprender de él o simplemente compartir una idea, un gesto, un consejo, una mirada distinta sobre las cosas.

Ingeniero, empresario, productor, escritor… y, funda

See Full Page