El empresario textil Mauro González advirtió que la importación de ropa usada coloca al país “al nivel de naciones tercermundistas” y agrava la crisis del sector. Señaló que estas prendas ingresan a ferias informales, desplazan empleo argentino y dañan una cadena de valor que incluye algodón, tejido, tintorerías, talleres y servicios asociados.

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