José Antonio Kast, candidato presidencial de la derecha chilena, ha defendido su plan para la expulsión de migrantes irregulares, asegurando que, de ser electo, miles de personas saldrán del país de manera "voluntaria". En un reciente debate, Kast afirmó que ya ha "invitado a salir a varias cientos de personas" sin necesidad de gastar recursos del Estado. El candidato propuso que se implementen "corredores de retorno" mediante buses, aviones o barcos, en coordinación con otros países. Sin embargo, no aclaró cómo superaría los obstáculos legales y logísticos que actualmente impiden estas acciones, especialmente en el caso de los ciudadanos venezolanos, que constituyen la mayoría de los migrantes en situación irregular. Kast destacó que el presupuesto para expulsiones administrativas es de solo 4 mil millones de pesos para 2026, lo que permitiría la salida de aproximadamente 2.000 personas. A pesar de esto, insistió en que su método no dependería de esos recursos. "Yo sin gastar un peso ya he invitado a salir a varias cientos de personas", afirmó, sugiriendo que los empleadores de los migrantes irregulares podrían cubrir los costos de sus pasajes de retorno. Esta propuesta ha sido interpretada como un reconocimiento de que la expulsión forzosa masiva es inviable. Cuando se le preguntó qué haría si nadie acepta su "invitación" a irse, Kast fue contundente: "Cuando yo sea presidente el problema va a estar resuelto", aunque no especificó cómo lograría esto. En el debate Archi, Kast también enfatizó que no planea "echar" a los migrantes, sino que los invitará a salir. Aclaró que se dirigirá a los empleadores de los migrantes irregulares, sugiriendo que ellos deberían pagar el pasaje de regreso, lo que ha generado críticas sobre la viabilidad de su propuesta. La falta de documentación y los rechazos de los países vecinos son otros de los desafíos que enfrenta su plan, que sigue siendo objeto de intenso escrutinio y debate en la sociedad chilena.