Las lluvias extraordinarias registradas entre el 7 y el 11 de octubre en Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí dejaron un saldo devastador: decenas de personas fallecidas, comunidades incomunicadas, infraestructura colapsada y miles de damnificados. Sin embargo, lo más preocupante no es solo la magnitud del evento, sino el hecho de que existían indicios científicos tempranos que apuntaban a la posibilidad de que algo así ocurriera.

Durante esos días, la interacción entre una vaguada en altura, la humedad del Golfo de México y varios sistemas ciclónicos entre ellos el huracán Priscila, la tormenta tropical Raymond y dos zonas de baja presión con potencial de desarrollo generó un escenario de lluvias extraordinarias, particularmente en el norte de Veracruz y la Huasteca Pot

See Full Page