ITINERARIOS

En México se produjo hace siete años una hazaña extraordinaria. Sin disparar un tiro, sin romper siquiera un vidrio, aquí se puso fin a uno de los regímenes autoritarios más longevos de la historia moderna.

No fue un puñado de valientes, una vanguardia como las que suelen encabezar las revoluciones, la que protagonizó esta gesta histórica; fueron más de 30 millones de mexicanas y mexicanos conscientes y valientes los que decidieron, en las urnas, transformar radicalmente al País.

Yo, debo confesarlo, llegué a pensar que terminaría mi vida con la pesada lápida del viejo régimen sobre mis espaldas. La coartada bipartidista, el absoluto control mediático, su capacidad combinada de reprimir y cooptar, el fuerza la oligarquía criolla sometida a los designios del imperio más poder

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