Barcelona es un hervidero constante de gente y de ideas, en este sentido siempre aparecen propuestas nuevas que buscan, de una forma u otra, bajar pulsaciones y ayudarnos a vivir un poco mejor. Casa Bonay es un hotel peculiar en pleno Eixample, un edificio modernista que se mezcla con el barrio casi como un vecino más. Y es que, además de sus 67 habitaciones para quienes visitan la ciudad, ofrece espacios pensados para que los locales entren sin miedo, sin ese temor a toparse con una recepción fría y distante.

Esa ha sido siempre la intención de Inés Miró-Sans Gabarró, su fundadora. Por eso el hotel cuenta con un bar, una cafetería, una bodega y una terraza en la azotea a las que se puede acceder desde la calle o pasando por una recepción pequeñita. Todo se completa con un programa cult

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