Las jugadoras de un club de fútbol visitante se estaban duchando después del partido en los vestuarios del campo de Villaescusa (Cantabria) cuando vieron en un agujero del techo un teléfono móvil que les estaba grabando. Pertenecía al utillero del club deportivo, un hombre de 40 años de edad, empleado desde hacía una década que había sido anteriormente denunciado y absuelto por abusos a una menor del pueblo cuando ejercía como monitor deportivo.
Ahora, un año después, la Fiscalía de Cantabria ha solicitado para él penas que suman 148 años de prisión y casi 269.000 euros de multa acusado de grabar con su teléfono móvil a jugadoras de fútbol en un vestuario deportivo de la localidad.
También, en su escrito, fechado el 27 de octubre y al que ha tenido acceso Europa Press, solicita su inhabilitación para trabajar como monitor o entrenador deportivo, así como para cualquier profesión o cargo que implique relación habitual con menores durante el tiempo de condena.
Además, reclama que se le prohíba el acceso a instalaciones deportivas del Ayuntamiento de Villaescusa, así como a residir en el municipio durante 5 años por cada uno de los delitos.
También pide indemnizaciones para las afectadas por el daño moral y secuelas sufridas que van de los 1.000 a los 5.000 euros, siendo responsables subsidiarios, de manera conjunta y solidaria, el Ayuntamiento de Villaescusa y la empresa en la que trabajaba, y la responsabilidad directa y solidaria de tres compañías aseguradoras.
Concretamente, según el Ministerio Fiscal, este monitor grabó entre abril y agosto de 2024 a 51 jugadoras, varias de ellas menores de edad en el momento de los hechos.
Para la Fiscalía, los hechos constituyen 51 delitos contra la intimidad --uno por cada jugadora grabada--, 15 de ellos continuados ya que varias fueron grabadas más de una vez.
De esos 51 delitos contra la intimidad, 19 de ellos --uno continuado-- son sobre menores.
Al acusado se le encontraron en su terminal grabaciones de las jugadoras, tanto locales como visitantes, mientras se duchaban o se cambiaban de ropa después de entrenamientos y partidos.
Estos hechos se produjeron entre abril y agosto de 2024, cuando el monitor fue sorprendido mientras grababa en los vestuarios del campo de fútbol de La Concha de Villaescusa dos videos a las jugadoras del equipo visitante, el Club Deportivo Oceja (Santillana del Mar), que se percataron de que había un agujero en el techo y un terminal.
En octubre de 2024, el juez instructor dictó un auto por el que prohibía al investigado acercarse y acceder a cualquier instalación deportiva española frecuentada por menores.
Asimismo, le prohibía salir del país, le retira el pasaporte y le obliga a comparecer en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes. También le imponía alejamiento y prohibición de comunicar con dos menores, “con las que el acusado ha pretendido contactar”.
Estas medidas se sumaba a otra cautelar impuesta previamente: la prohibición de aproximación a menos de 100 metros de las instalaciones donde se produjeron los hechos, en el campo de fútbol de La Concha. No se acordó prisión provisional porque la Fiscalía, una parte acusadora personada entonces, no lo pidió.
El monitor fue detenido por estos hechos el 31 de agosto de 2024 y puesto en libertad el 3 de septiembre, tras acogerse a su derecho a no declarar.
El implicado ya fue denunciado en su día por abuso sexual a una menor, de 5 años, durante el ejercicio de sus funciones como monitor deportivo, aunque fue absuelto tras el juicio en la Audiencia Provincial de Cantabria. El pasado mes de septiembre por el Tribunal Supremo confirmó la absolución por falta de pruebas.
El hombre trabajaba desde hacía más de una década en el club deportivo Villaescusa como utillero, aunque también había desempeñado otras funciones, como entrenador de segunda.

ElDiario.es
El Confidencial
Cleveland Jewish News
Raw Story
AlterNet