El Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) afronta un periodo de cambios, al llegar pronto a su fin una década en la que ha sido dirigido por la primera mujer en asumir esta función, mientras centra sus objetivos de los próximos años en desentrañar los secretos del bosón de Higgs y de la materia oscura.

El principio de cooperación entre países para afrontar problemas comunes hace agua por todos lados, pero el CERN -laboratorio de referencia en física fundamental y de altas energías a nivel mundial- se mantiene sólido por el apoyo financiero sin fisuras que han confirmado sus 25 Estados miembros, además de sus países asociados y observadores.

Entre estos últimos está Estados Unidos, que incluso ha recortado fondos para instituciones nacionales de investigación científica, pero que “

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