Frío en La Moncloa. Y no solo meteorológico . Mientras ministros y homólogos marroquíes se quitaban los abrigos en la Reunión de Alto Nivel, en los despachos del PSOE el clima político se volvía irrespirable. El escándalo por las denuncias de acoso sexual contra Francisco Salazar, ex alto cargo del Gobierno y del partido, ha desatado una tormenta interna en la formación de Pedro Sánchez. La dirección reconoce ya "errores" en la gestión del caso y se multiplican las voces que exigen responsabilidades, transparencia y actuación inmediata.
Confesión tárida: el PSOE tardó meses en contactar con las denunciantes
El detonante ha sido la tardanza de casi cinco meses en contactar con las víctimas. "Ha sido un error", admiten en Ferraz. Un fallo que ha alimentado la sospecha de encubrimiento dentro de un partido que presume de feminismo. Las explicaciones de Pilar Bernabé, secretaria de Igualdad, no han convencido: justifica la ausencia de contacto por las limitaciones del canal anónimo habilitado por el PSOE. Pero la sensación de dejadez y falta de voluntad es evidente.
Rebeliones internas y petición de acción judicial
Federaciones socialistas preparaban un comunicado crítico, que precipitó la reunión urgente del miércoles por la noche. Otra presencial está convocada para la próxima semana. Adriana Lastra y Natalia González, del PSOE asturiano, han pedido remitir ya el caso a la Fiscalía por tratarse de presunta violencia contra la mujer . La ex número dos del partido subraya que debe actuarse "de manera inmediata". Andrea Fernández, ex responsable de Igualdad, lamenta la falta de respuestas y confiesa sentirse "disgustada y dolida".
Una crisis que alcanza el corazón del sanchismo
El nombre de Santos Cerdán, implicado en otra trama de presunta corrupción, vuelve a sobrevolar el escándalo. Lastra le señaló en junio como responsable de su salida del partido por "acoso y derribo". Sánchez, por su parte, ha eludido el tema en el inicio de la campaña extremeña. El silencio del presidente contrasta con la gravedad de lo denunciado y aumenta el malestar entre dirigentes y bases.
El daño reputacional y la exigencia de ejemplaridad
El caso Salazar erosiona la credibilidad de un PSOE que ha hecho bandera de la lucha contra el machismo. Las disculpas públicas no bastan si no van acompañadas de consecuencias. El feminismo institucional exige coherencia. Y la sociedad, ejemplaridad.

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