En julio de este año, el Gobierno de Javier Milei había modificado por decreto la estructura y las funciones de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación ; el organismo descentralizado que financiaba proyectos científicos y tecnológicos en Argentina. En ese momento, científicos y profesionales advertían que las reformas tendían a aumentar la discrecionalidad política en la asignación de fondos, la pérdida de pluralidad y posibles impactos negativos en la ciencia básica y en las universidades . Menos de cinco meses después, el Ejecutivo confirmó sus temores.

En las últimas horas, a pesar de haber tenido fondos asignados, la Agencia de Promoción de la Investigación dio de baja a los proyectos que habían sido presentados y aprobados

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