La apoteosis del año de Barcelona en la FIL de Guadalajara ha llegado hoy, con la celebración de un Sant Jordi que ha tenido lugar en el pabellón de la ciudad, que simula una plaza en la que, esta vez, por unas horas, se instalan puestos de libros adornados con la senyera.

El público mexicano hacía cola disciplinadamente, como si estuviera en la Rambla, para que los autores de la delegación les firmaran ejemplares de los 10.000 libros disponibles y les regalaran una rosa (un total de 3.000).

Màrius Serra se había encargado antes de explicar a la gente en qué consiste esta festividad –“que, a pesar de ser la de la rosa, la inventó hace más de cien años un librero llamado Vicente Clavel”– y, poco después, desde una tarima, leyó un pregón extraído de su obra La novel·la de Sant Jordi , e

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