El kirchnerismo, una de las fuerzas políticas más influyentes de Argentina en las últimas dos décadas, enfrenta una crisis de identidad y cohesión. Dirigentes del movimiento reconocen que la estructura que alguna vez unió a sus miembros se ha fracturado. Aunque muchos evitan hablar de ello públicamente, la realidad es innegable: el kirchnerismo ya no es lo que solía ser.

La figura de Cristina Kirchner y la agrupación La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, se han convertido en el núcleo del kirchnerismo actual. Según una senadora nacional con amplia trayectoria en el peronismo, "¿Qué es el kirchnerismo hoy? Es La Cámpora por sobre todas las cosas. Porque CFK conduce a una parte del peronismo, que excede a los K". Esta concentración de poder ha llevado a tensiones internas significativas.

Diversos factores han contribuido a esta fragmentación. La condena y la inhabilitación de Cristina Kirchner, así como la decisión de Axel Kicillof de no respaldar su regreso a la presidencia del Partido Justicialista (PJ) Nacional, han marcado un punto de inflexión. Un dirigente camporista ha señalado que "adentro está todo roto. Hay muchas tensiones, muchas divisiones". La falta de unidad se ha vuelto evidente, con Kicillof y los intendentes alineándose por un lado, y Cristina Kirchner y La Cámpora por otro.

El kirchnerismo se ha reconfigurado en tres sectores: el PJ Nacional, La Cámpora y Primero la Patria. Estos grupos intentan mantener la cohesión del cristinismo y el peronismo K, pero la resistencia hacia la dirigencia camporista es palpable. Muchos intendentes, que se identifican con una visión más tradicional del peronismo, se han distanciado del kirchnerismo, buscando alejarse de su influencia.

"Se odian. No se pueden ni ver", ha expresado una dirigente con experiencia en el peronismo bonaerense, reflejando la profunda división que existe. La discusión central ahora es cómo el peronismo puede presentar un proyecto político viable que se distinga de la oposición, especialmente de Javier Milei.

Para mayo o junio del próximo año, el peronismo deberá definir su rumbo. La clave será determinar el papel de figuras como Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa. La mayoría de los dirigentes coinciden en que el orden del partido solo se logrará desde el poder. Un legislador del interior ha afirmado: "El peronismo solo se ordena desde el poder. Con audacia y decisión".

El futuro del kirchnerismo y del peronismo en general se presenta incierto. La identidad que una vez unió a diversos sectores bajo el liderazgo de los Kirchner se ha diluido. A medida que se acercan las elecciones de 2026, la discusión sobre el futuro del proyecto político se intensificará, planteando un gran desafío para el peronismo a partir del 1 de enero.