El Gobierno recupera las libertades y reintegra el país en la escena internacional, pero tiene aún retos inmensos, como la seguridad, el miedo de las minorías y la recuperación económica, con un 90% de la población bajo el umbral de la pobreza

El pastor Abu Jaled bebe té con su familia frente a su casa en un terreno entre el pueblo de Deir Yamal y la base aérea de Mennagh, en el norte de Siria. Antes, cuenta, no se atrevía a juntarla, por miedo a que un bombardeo los matase a todos y “borrase para siempre el apellido”. “Ya no siento algo que se parezca a la palabra miedo. Muchas veces nos sentábamos aquí mismo, empezábamos a comer, oíamos disparos o veíamos los aviones por encima, y ordenaba separarnos. Los niños se abrazaban a nuestras piernas, medio en juego. Yo pensaba para mis adent

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