Con las altas temperaturas: hormigas, cucarachas y alacranes incrementan su actividad en busca de alimento, agua y refugio. Más allá del asco o el miedo que despiertan, su presencia dice mucho sobre el ambiente en que vivimos. Especialistas coinciden en que el aumento de su actividad durante el verano no es casualidad : tiene que ver con la temperatura, la infraestructura urbana y nuestros propios hábitos domésticos. La creencia popular suele señalar a la suciedad como el gran imán para estas plagas, pero la respuesta científica es mucho más compleja e intrigante. Detrás de estos visitantes no deseados hay una lógica biológica y ecológica que, una vez comprendida, puede ser la clave para un control más efectivo y menos estresante.
Enfrentar las plagas urbanas es otra cosa: es entend

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