La Argentina que Javier Milei quiere no es igual a la que quiere Paolo Rocca ni la mayoría de los industriales. Tampoco es la que quiere Mauricio Macri ni quienes alguna vez lideraron Cambiemos. Ni es la de los sectores vinculados con la construcción y las demás actividades relacionadas con una obra pública que en este modelo no tiene cabida. Ni es el país de quienes son las víctimas directas (empleados y empleadores) de la apertura indiscriminada de importaciones y de la falta de consumo interno. Tampoco es la de quienes antes recibían ayudas directas o indirectas del Estado y hoy sufren su ausencia. Y no es el modelo de país del 60% que no lo votó en octubre ni la de los partidos políticos que la representaron.

No obstante, para muchos de ellos, que este no sea el modelo de país que qui

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