La víctima llevaba colgada del cuello una cadena metálica de entrenamiento de nueve kilos
La muerte de un hombre en Nueva York tras ser arrastrado al interior de una máquina de resonancia magnética por la gran cadena de entrenamiento de pesas que llevaba alrededor del cuello ha generado polémica y, previsiblemente también, una cuantiosa demanda de sus parientes. Keith McAllister, de 61 años, estaba en un centro médico de Nassau, en el Estado de Nueva York, para acompañar el pasado miércoles por la tarde a su esposa, que era la persona que iba a realizarse una resonancia magnética.
La mujer, Adrienne Jones-McAllister, estaba sometiéndose a la prueba médica en la rodilla cuando, según Associated Press, pidió a una trabajadora que llamara a su esposo al interior de la sala. El hombre en