Morgan Birch se quedó perpleja cuando Kimie, su hija de cuatro meses, enfermó repentinamente con fiebre y sarpullido .
Al principio, esta madre de Alberta, en Canadá, pensó que se trataba de un efecto secundario común de las vacunas o quizás de varicela.
Birch entonces consultó a su abuela de 78 años, quien reconoció la enfermedad de Kimie de inmediato.
“Es sarampión”, dijo su abuela.
Birch se quedó atónita, pues creía que la enfermedad había sido erradicada.
Una prueba de laboratorio confirmó posteriormente la hipótesis: su hija tenía sarampión, probablemente contraído tras una visita de rutina al hospital en la zona de Edmonton unas semanas antes.
Kimie es una de las más de 3,800 personas en Canadá que han contraído sarampión en 2025, la mayoría niños y bebés. Esa cifra es casi tr