Agosto marca un punto de inflexión crucial en la temporada de huracanes del Atlántico, caracterizándose por un notable incremento en la frecuencia e intensidad de los ciclones tropicales que amenazan a Estados Unidos.

Si bien la temporada oficialmente comienza el 1 de junio, es en el mes de Agosto de cada año cuando las condiciones atmosféricas y oceánicas se vuelven más propicias para el desarrollo de tormentas robustas, dando inicio al período más activo que se extiende hasta septiembre.

Históricamente, la primera formación de un huracán en la cuenca del Atlántico suele ocurrir alrededor del 11 de agosto. Las aguas del océano alcanzan sus temperaturas más cálidas en esta época, proveyendo el combustible energético necesario para que las ondas tropicales evolucionen a depresiones, torme

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