Su existencia biológica comenzó en 1994, cuando su padre era apenas un niño. Este fin de semana, Thaddeus Daniel Pierce nació en Ohio, estableciendo un nuevo récord mundial al desarrollarse a partir de un embrión que permaneció criopreservado durante 30 años y medio.

Su nacimiento no es solo una proeza científica, sino el capítulo final de una odisea de tres décadas marcada por la fe, la tecnología obsoleta y la perseverancia de dos familias unidas por un puñado de células congeladas.

Tres “pequeñas esperanzas” congeladas en el tiempo

La historia se remonta a mayo de 1994. En ese entonces, Linda Archerd, tras años de lucha contra la infertilidad , se sometió a uno de los primeros tratamientos de fecundación in vitro (FIV), logrando crear cuatro embriones. Uno fue transferido y resultó e

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