Análisis de Aaron Blake, CNN
En marzo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto dirigido al Instituto Smithsonian que comenzaba así : “Durante la última década, los estadounidenses han sido testigos de un esfuerzo concertado y generalizado por reescribir la historia de nuestra nación, reemplazando hechos objetivos con una narrativa distorsionada impulsada por la ideología en lugar de la verdad”.
A pesar de la retórica elevada, muchos temían que el decreto fuera en realidad un esfuerzo apenas disfrazado para reescribir la historia a gusto de Trump. El decreto, por ejemplo, mencionaba el deseo de eliminar la “ideología inapropiada” —una frase ominosa, si es que alguna vez hubo una— de propiedades como el Smithsonian.
Estas preocupaciones sin duda se vieron refor