El último ha sido un placa de vidrio con una base de oro de 24 quilates a manos del consejero delegado de Apple, Tim Cook, pero desde que volvió al poder, el presidente, Donald Trump, ha recibido un gran número regalos de parte de líderes tecnológicos y mandatarios que quieren alagarlo, mientras despiertan un debate sobre la ética política.
Y es que, tanto si son a modo de agradecimiento por haberles dejado fuera del impacto de sus políticas proteccionistas o si realmente constituyen un dádiva desinteresada , el valor económico de estos obsequios impide que pasen desapercibidos.
La placa que le regaló Cook, que según dijo, es un modelo único diseñado en EE.UU. por un antiguo soldado americano que ahora trabaja en la compañía, podría estar valorada en miles de dólares, ya que solo un gr