Un líder del Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), conocido como Clan del Golfo, habría mantenido a 65 menores de edad bajo su control en un condominio oculto en la selva del departamento del Chocó. Según un informe del Centro de Investigación de Educación Popular (Cinep), publicado en junio de 2025, estas menores fueron reclutadas en discotecas y colegios en el municipio de Unguía, en la región del Bajo Atrato chocoano. El informe detalla que el líder del grupo armado ejercía un control absoluto sobre las niñas, restringiendo su libertad y sometiéndolas a vigilancia constante.

"Empezó a hacer casas como un condominio y a las niñas las metía ahí. A todas les colocaba casa y moto. Esas niñas eran vigiladas y no podían salir de ese territorio, todo lo que necesitaban se lo llevaban", se menciona en el informe de Cinep. Además, se indica que el control del Clan del Golfo no se limita al confinamiento físico. Las escuelas y discotecas de la zona se han convertido en espacios de riesgo, donde los primeros contactos entre las niñas y los miembros del grupo armado se producen de manera sutil. "Por el voz a voz una niña le dice a la otra que quiere irse con ellos y los comandantes le ofrecen un celular o algo así. Lo que está más inseguro últimamente son los colegios", señala una lideresa comunitaria.

El informe también revela que la organización criminal ha extendido su control a la economía local, administrando tiendas, bares y otros comercios, regulando los precios de los alimentos. Esto les permite financiarse a través de actividades ilícitas como el narcotráfico, la minería ilegal, el tráfico de armas, la extorsión y el control del paso migratorio por el Darién, frontera entre Colombia y Panamá. "Instala comercios legales, como tiendas de abarrotes, bares, casinos, entre otros, fijando de esta manera los precios de bienes de la canasta básica y regulando el mercado local", se detalla en el informe.

El Cinep también menciona que el Clan del Golfo no solo impone su ley a través de la violencia, sino que también ofrece trabajo, préstamos con interés y ejecuta obras de infraestructura como puentes y redes eléctricas en el Bajo Atrato chocoano. Esta combinación de terror y asistencia permite al grupo mantener una base social que, en ocasiones, depende de su presencia para acceder a recursos básicos.

A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades locales han negado tener conocimiento de estos hechos. Nelson Enrique Rivas, personero municipal de Unguía, afirmó: "No tenemos conocimiento sobre eso. No ha llegado nada a la oficina. No hemos escuchado nada, ni rumores, nada". Por su parte, el alcalde Marlon Alberto Gil reconoció que, aunque no se ha verificado la presencia del grupo armado, sí desconocen la existencia de reclutamiento de menores en la región. "Todos los territorios están permeados por grupos al margen de la ley. Pero acá no hemos tenido problemas de reclutamiento ni nada de eso", concluyó.