El riesgo de sufrir un envenenamiento grave por cualquier animal terrestre tóxico en España es anecdótico: solo ocurren 1,23 casos por cada millón de habitantes. Pero hay precauciones a tener en cuenta
Sucedió así: la mano apoyada sobre el césped, un pinchazo casi imperceptible y la víbora, enroscada sobre sí misma, lista para defenderse otra vez. Fue en una tarde de finales de agosto lo suficientemente fresca como para que Guzmán López (Burgos, 28 años) saliera a trotar por el parque de Fuentes Blancas, en su ciudad natal. Hizo el recorrido de siempre y a mitad de camino se sentó a descansar debajo de un árbol. Fue ahí cuando la víbora lo mordió . “Al principio dudé de si me había alcanzado a dar o no. Me miré el dedo por un buen un rato hasta notar las dos marcas”, reconstruye el jove