Al amanecer, en el río Guaporé, la arena cobra vida—no con ondas ni viento, sino con los caparazones en movimiento de más de 41,000 tortugas gigantes sudamericanas , un frenesí de anidación tan masivo que ha sorprendido a los científicos y redefinido los límites del monitoreo de fauna silvestre.

Una playa del tamaño de un bioma

Durante generaciones, pescadores y familias ribereñas del Guaporé—una arteria amazónica que forma la frontera entre Brasil y Bolivia—han transmitido historias de tortugas cubriendo las playas como granos derramados. Cada julio, durante la breve estación seca, la Podocnemis expansa , la tortuga gigante sudamericana de río, avanza tierra adentro. Esta especie—un peso pesado acorazado que puede medir casi un metro y pesar tanto como un niño de primaria—sube a la

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