La controversia en torno a Jeffrey Epstein se intensifica nuevamente. La administración de Donald Trump ha grabado conversaciones con Ghislaine Maxwell, cómplice condenada de Epstein, y está considerando publicar una transcripción de estas charlas. Esta revelación, reportada por CNN, ha reavivado las demandas de transparencia entre los seguidores de Trump, quienes han estado atentos a los desarrollos del caso Epstein.
El secretario de Justicia adjunto, Todd Blanche, mantuvo conversaciones con Maxwell el mes pasado, lo que ha generado críticas sobre el uso del poder gubernamental. Funcionarios de la administración se reunirán en la residencia del vicepresidente J.D. Vance para discutir cómo manejar la situación. La idea de que un alto funcionario del Departamento de Justicia converse con una convicta por tráfico de personas plantea serias cuestiones éticas y políticas.
A pesar de que la administración busca calmar el escándalo, la publicación de la transcripción podría tener el efecto contrario, alimentando nuevas teorías de conspiración y aumentando la atención sobre el caso. Tres altos funcionarios han indicado que se está negociando la publicación de la transcripción de las entrevistas de Maxwell con Blanche en Florida, justo antes de que Maxwell fuera trasladada a una prisión menos severa en Texas, lo que ha suscitado más especulaciones sobre el abuso de poder por parte de Trump.
El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes ha emitido citaciones al Departamento de Justicia y a figuras políticas de ambos partidos para obtener información relacionada con Epstein. Los abogados de Maxwell han advertido que la publicación de transcripciones selladas podría perjudicar sus derechos al debido proceso, mientras que el abogado de Maxwell, David Oscar Markus, recordó que "Jeffrey Epstein ha muerto. Ghislaine Maxwell no".
Las víctimas de Epstein han expresado su preocupación por la legitimación de Maxwell y han solicitado que se protejan su seguridad y dignidad. A pesar de la amistad pasada entre Trump y Epstein, no hay evidencia de que Trump haya cometido algún delito relacionado. Sin embargo, Trump ha mantenido el foco en el caso al no descartar un posible indulto para Maxwell, afirmando que tiene el derecho de hacerlo.
La naturaleza de las conversaciones entre Blanche y Maxwell sigue siendo incierta. La administración podría intentar demostrar que Epstein conocía a otras figuras famosas, no solo a Trump, pero esto podría resultar injusto para aquellos que no cometieron delitos. La credibilidad de Maxwell como testigo también es cuestionable, dado su historial delictivo.
Trump ha insistido en que no estaba al tanto del contenido de las conversaciones, pero la situación sigue siendo inusual. La idea de que una transcripción pueda poner fin al drama de Epstein parece poco probable, ya que cualquier documento tendría que ser censurado para proteger la identidad de las víctimas. Esto podría alimentar aún más las teorías de conspiración sobre un encubrimiento por parte del gobierno.