En los márgenes selváticos del Darién, los ganaderos están perdiendo ganado y los científicos el sueño: el gusano barrenador del Nuevo Mundo, que alguna vez se creyó derrotado, ha vuelto a los pastizales de Panamá, arrasando con animales, presupuestos y una victoria en salud pública de décadas.
La selva que ya no contiene
Durante años, la sección panameña del Tapón del Darién—ese intrincado y sin caminos tramo de selva que separa Centroamérica de Sudamérica—actuó como un cortafuegos viviente. Bloqueó desde carreteras hasta enfermedades, y durante más de una década bloqueó al gusano barrenador del Nuevo Mundo, una mosca parasitaria cuyas larvas se alimentan de tejido vivo.
Ese cortafuegos cedió en enero de 2023.
Después de que la pandemia interrumpiera el programa panameño de moscas est