En Oregón, las cerezas de los huertos de Ian Chandler están sufriendo una pérdida devastadora. Los árboles, cargados de frutos marchitos y oscuros, no han podido ser cosechados a tiempo. Chandler, quien gestiona 50 hectáreas de cerezos, estima que perderá entre 250.000 y 300.000 dólares en ingresos debido a la falta de mano de obra.
La situación se ha agravado por la escasez de trabajadores, que este año ha afectado a muchas granjas en el país. Chandler ha dependido durante años de una fuerza laboral temporal leal, pero este año, la mitad de sus recolectores no llegaron. "El comienzo de la temporada coincidió con la aplicación muy estricta de las leyes migratorias en el sur de California", explicó.
La mayoría de sus trabajadores son latinos que siguen las cosechas en el oeste y noroeste de EE.UU. Sin embargo, las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han generado un clima de miedo, lo que ha llevado a muchos a no presentarse a trabajar. "Mis trabajadores han estado viniendo a mi granja todos los años, pero ahora muchos tienen miedo de viajar", lamentó Chandler.
El Departamento de Agricultura de EE.UU. estima que el 42% de los trabajadores agrícolas son inmigrantes indocumentados. Desde abril, 1,4 millones de personas han abandonado la fuerza laboral estadounidense, de las cuales 802.000 nacieron en el extranjero. Esto ha llevado a una drástica disminución de la mano de obra agrícola en todo el país.
El presidente Donald Trump ha prometido ayuda al sector agrícola, reconociendo la importancia de los agricultores. "Cuido de los agricultores. Los quiero. Son una parte muy importante de este país", declaró en una entrevista. Por su parte, el vicepresidente J. D. Vance ha sugerido que la automatización podría ser una solución, aunque Chandler se opone a esta idea, argumentando que las cerezas se cosechan mejor a mano.
Chandler también ha intentado contratar trabajadores locales, pero ha encontrado que muchos prefieren trabajos menos exigentes. "No se encuentra gente que nazca aquí en Estados Unidos que quiera trabajar en esta industria", afirmó.
La situación también afecta a los trabajadores que, aunque tienen permisos de trabajo, deciden no arriesgarse. Una mujer, que pidió ser llamada Lisa, explicó que su familia ha trabajado en la recolección de cerezas, pero este año decidieron quedarse en California por seguridad.
Ambos, Chandler y Lisa, coinciden en que el gobierno federal también perderá con esta situación. "Todo es legal", enfatizó Chandler, quien asegura que sus trabajadores contribuyen a impuestos y a la economía. La falta de mano de obra no solo afecta a los agricultores, sino que también tiene repercusiones en la economía local y nacional.