El oro fluye desde la Amazonía como una promesa, pero escondido en su brillo hay un veneno que arde lentamente. El mercurio, traficado en secreto y quemado al aire libre, está contaminando los ríos, alimentando la violencia y dejando a comunidades indígenas enteras pagando el precio en cuerpos y mentes dañadas.
El metal que libera el oro… y destruye vidas
Todo comienza con un destello. Un minero se sumerge hasta las rodillas en un remoto río amazónico, vertiendo mercurio en un cuenco plástico lleno de sedimentos. El mercurio se adhiere al oro como un imán. Ambos se fusionan en un pequeño grumo que brilla con promesa… y amenaza. El siguiente paso es simple y devastador: quemarlo.
El mercurio se vaporiza en el aire, llevando consigo vapores neurotóxicos que entran en los pulmones de cualq