En la edad en la que se necesita cada vez más apoyo, cinco personas cuentan cómo es la vida dedicada a sostener a la pareja o a los hijos dependientes

Carmen Aparicio cumple 80 años en diciembre y cuida de su marido Manolo, de 82, al que hace dos le diagnosticaron párkinson , un trastorno neurodegenerativo que afecta severamente a la movilidad y al equilibrio. Acaban de celebrar 50 años de casados, no tienen hijos, tampoco familiares cerca. Viven en una casa de campo en Hellín, un pueblo a unos 60 kilómetros de Albacete. “La otra noche se cayó a las dos de la mañana mientras iba al servicio. Me destrocé la cintura para levantarlo. Él quiere hacer cosas, pero no se da cuenta de que tiene limitaciones”, explica Carmen. “Te corta tu vida: tú estás viviendo su enfermedad casi como él, per

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