Donald Trump ha declarado que se está logrando un "gran progreso" hacia el fin de la guerra en Ucrania, tras anunciar planes para reunirse pronto con el presidente ruso, Vladimir Putin. Sin embargo, persiste la duda sobre si Putin realmente está dispuesto a negociar o si simplemente está jugando con las expectativas de Trump. La frustración de Trump con Putin ha sido evidente, especialmente después de que su enviado, Steve Witkoff, regresara de una reunión de tres horas con el líder del Kremlin sin avances concretos.

Trump ha expresado su optimismo, afirmando que una cumbre en las próximas semanas podría ser clave para poner fin al conflicto. "Hay muchas posibilidades de que podamos estar poniendo fin a... el final de ese camino", dijo Trump. Sin embargo, este optimismo contrasta con la reciente intensificación de los ataques rusos en Ucrania, lo que ha llevado a muchos a cuestionar la viabilidad de cualquier acuerdo de paz.

David Salvo, experto en Rusia, advirtió que el compromiso del Kremlin con la guerra es fuerte. "La legitimidad y el destino de todo el régimen de Putin se basan en concluir esta guerra según las condiciones rusas", afirmó. A pesar de esto, Trump sigue insistiendo en que un proceso de paz genuino podría salvar vidas y marcar un hito para su administración.

Además, Trump ha propuesto una reunión trilateral que incluiría al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, lo que representaría un importante paso diplomático desde la invasión rusa. Sin embargo, Rusia aún no ha confirmado oficialmente ninguna de estas cumbres, y el Kremlin suele ser cauteloso en la preparación de tales encuentros.

Yuri Ushakov, asistente presidencial ruso, confirmó que se ha acordado una reunión entre Trump y Putin, aunque la opción de una cumbre trilateral no fue discutida en profundidad. "Proponemos concentrar la atención en la preparación de la reunión bilateral", dijo Ushakov, añadiendo que se están trabajando en los detalles logísticos.

Trump también enfrenta una fecha límite para imponer nuevas sanciones a Rusia, lo que podría influir en el contexto de la cumbre. En un giro inesperado, Zelensky expresó optimismo, afirmando que "Rusia ahora parece más inclinada a un alto el fuego; la presión está surtiendo efecto".

Sin embargo, la historia sugiere que las promesas rusas de alto el fuego a menudo no se cumplen. La comunidad internacional observa con cautela, preguntándose si esta vez será diferente o si Putin simplemente está utilizando la cumbre como una táctica para ganar tiempo y consolidar su posición en Ucrania.