Carlos Villalobos.- Vivimos en una época en la cual la ultraderecha ya no se disfraza de “pro-democracia” y recientemente lo vimos con Bukele y lo observamos con Milei, líderes que, aun popularísimos en sus países, han dejado en evidencia que el pluralismo ya no está, ni estuvo de facto, entre sus prioridades.

En El Salvador, el presidente Nayib Bukele, admirado por su mano dura contra las pandillas y su “efectividad con la tolerancia cero”, recientemente logró que la Asamblea Legislativa, es decir, sus legisladores, aprobaran en una sesión exprés reformas constitucionales que eliminan los límites a la reelección presidencial, extienden los mandatos de cinco a seis años y suprimen la segunda vuelta electoral

Organismos como Human Rights Watch consideraron esta determinación un paso haci

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