
Un varón marroquí en situación irregular en España y con una orden de expulsión en vigor se ha resistido de forma violenta a su detención en un asentamiento chabolista de San Isidro-Níjar (Almería) y ha agredido a dos guardias civiles , causándoles lesiones y daños materiales.
Los hechos ocurrieron sobre las 13:30 horas del pasado domingo, cuando una patrulla de la Guardia Civil realizaba labores de seguridad ciudadana en la calle Brasil de San Isidro e identificó a un hombre en las inmediaciones de un bar de la zona, conocida por ser punto de consumo de sustancias estupefacientes.
Al comprobar sus datos, los agentes constataron que figuraba en la base de datos de señalamientos una orden de expulsión en vigor por infracción a la normativa de extranjería. La orden ya estaba dictada y seguía vigente, aunque las autoridades no podían llevarla a cabo hasta que el marroquí no presentara su pasaporte para verificar oficialmente su identidad.
El hombre manifestó que el documento se encontraba en su domicilio, situado en el poblado chabolista de Atochares , y hasta allí le acompañaron los agentes. Una vez allí, tras mostrar su pasaporte, los uniformados le informaron de que iba a ser detenido para su traslado a la comisaría de Policía Nacional de Almería.
En ese momento, el hombre intentó escapar, abalanzándose sobre los dos guardias civiles y empujándolos contra la chabola, golpeándolos y provocando la caída de ambos al suelo, donde les propinó más golpes, hasta que finalmente pudo ser reducido y engrilletado .
Durante el forcejeo se rompieron las gafas de sol de ambos y el reloj de uno de ellos. Un agente sufrió una contusión superficial en la rodilla izquierda, dolor en la derecha y en un dedo de la mano, lesiones que sanaron en siete días sin impedirle trabajar, además de desperfectos tasados en 180 euros.
Su compañero presentó arañazos en codo y antebrazo, una contusión en la rodilla y una herida en la ceja. Requirió tratamiento médico y puntos de aproximación, con idéntico tiempo de curación, quedándole como secuela una cicatriz con perjuicio estético leve. También sufrió daños en sus gafas, valorados en 150 euros.
Por estos hechos, un juzgado de Almería lo ha condenado a cuatro meses de prisión por un delito de atentado contra agentes de la autoridad. Además, deberá pagar 960 euros de multa por dos delitos leves de lesiones. También tendrá que indemnizar al primer agente con 530 euros y al segundo con 2.000 euros, cantidades que incluyen días de curación, secuelas y desperfectos. La pena de prisión queda suspendida durante dos años con la condición de que no vuelva a delinquir en ese periodo y abone las indemnizaciones fijadas.
«Sale barato pegar a un guardia civil»
Tras la sentencia, la delegación en Almería de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha manifestado que fallos judiciales recientes demuestran «lo barato que sale agredir a un guardia civil» , y ha reclamado una reforma del Código Penal para endurecer las penas y el reconocimiento de estos agentes como «profesión de riesgo».
La asociación ha criticado la «falta de medios» como pistolas táser o cámaras corporales para afrontar episodios de «agresividad extrema», lo que a su juicio pone en riesgo la seguridad de los agentes y de la ciudadanía.
Además, AUGC ha advertido de que, por la frecuente insolvencia de los condenados, puede acabar siendo el Estado quien pague las indemnizaciones, y urge a actualizar la legislación para evitar la pérdida del principio de autoridad.
Por último, la agrupación ha denunciado el «notorio aumento» de las agresiones a agentes en la provincia de Almería, que se «incrementan» durante el verano. En los últimos 10 días, la AUGC ha asistido judicialmente a cuatro guardias civiles , con indemnizaciones por lesiones y daños materiales que han superado los 3.000 euros.