Hace unos ocho meses, un perro herido y asustado llegó hasta la entrada de la Presidencia Municipal de Soledad de Graciano Sánchez. Desde entonces, la historia de “El Güero” ha pasado de ser la de un callejero maltratado a la de un integrante querido y protegido por el personal del Ayuntamiento.
Araceli, trabajadora de la Tesorería Municipal, recuerda que el perro apareció solo, con marcas en el cuello que evidenciaban que había estado amarrado. Además, había sido atacado por otros perros. “Venía flaquísimo y temblando, pero no es nada agresivo. Se dejó curar desde el principio”, relató.
Al verlo en tan mal estado, los empleados lo liberaron del mecate, lo curaron y le dieron comida. Sin embargo, todavía se iba y regresaba, hasta que en una ocasión volvió gravemente herido. Con apoyo del