Cuando símbolos culturales de los pueblos originarios , como la vestimenta, el arte, los símbolos espirituales o las lenguas; son tomados, modificados y comercializados sin consentimiento ni reconocimiento, se reproduce una forma de apropiación . Esta apropiación arrebata a las comunidades su patrimonio tangible y lo convierte en mercancía .
En este contexto, cuando figuras de poder —marcas globales, diseñadores o influencers— adoptan elementos culturales ajenos sin otorgar crédito ni compensación , están negando la dignidad de las comunidades de origen. En un país como México en donde habitan 68 pueblos originarios y se autoidentifican indígenas alrededor de 23.2 millones de personas, no se trata simplemente de portar un símbolo o una prenda tradicional; al hacerlo sin