El acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán logrado por el presidente estadounidense Donald Trump este viernes abre las perspectivas para que Washington se establezca en el Cáucaso, una región estratégica a nivel geopolítico y rica en hidrocarburos.
Hasta ahora era zona de influencia de Rusia e Irán, y la cuña establecida por Estados Unidos molestó a ambas potencias regionales.
El gobierno de Vladimir Putin mostró cierta cautela, pero el de la República Islámica de Irán se mostró indignado y advirtió que no permitirá el avance de EE.UU.
Armenia y Azerbaiyán se comprometieron a poner fin “para siempre” a un conflicto territorial de décadas, aseguró el presidente Trump, después de la firma de un acuerdo en la Casa Blanca que fue acogido con satisfacción ayer por las potencias occidentale