¿Cómo se roban 60 millones de euros? Pensemos en un tren. En los años 60 muchos funcionaban gracias a un motor diésel central. No movía directamente las ruedas, pero generaba electricidad para alimentar varios motores situados sobre los ejes. Esos motores hacían girar las ruedas y desplazaban la locomotora. Todo el sistema descansaba sobre los bogies, que eran estructuras con ruedas, suspensión y frenos, que soportaban el peso y permitían la marcha. Un engranaje perfecto. Y eso es precisamente lo que hace falta para cometer el robo del siglo: una maquinaria humana tan precisa como la de una locomotora inglesa.

En plena época de contrastes, cuando en la sociedad inglesa aún regurgitaban ecos de posguerra y emergían las minifaldas al tempo de los Beatles, un tal Bruce Reynolds acaparaba inf

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