La decisión tendrá un impacto inmediato en el día a día de millones de personas que usan el español como lengua principal o habitual en Estados Unidos.
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El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha pedido a la Corte Suprema de Estados Unidos que le permita a sus agentes detener e interrogar a personas que hablen español o inglés con acento, como parte de operativos migratorios en el Distrito Central de California.
En su solicitud, el gobierno afirma que el idioma puede ser un factor válido -junto con otros- para "sospechar" que alguien está en el país sin documentos.
La petición del DHS busca suspender una orden federal que prohíbe basar una detención únicamente en el idioma hablado, la apariencia racial o étnica, el tipo de trabajo o la ubicación de la persona.