La noche previa a su primer viaje en barco, ya como profesional, el capitán Alexander Pérez apenas durmió. Sabía que estaba preparado, se había formado durante cuatro años en la Academia Naval Granma de La Habana, pero un intenso hormigueo recorría su cuerpo sin darle respiro. Han pasado más de treinta años de aquel 12 de diciembre de 1994 y, desde entonces, primero en su Cuba natal y más tarde en España –llegó en 2011–, el puesto de mando de los buques es su segunda casa. Ese hogar a bordo desde 2019, concretamente desde el 15 de marzo, está en Valladolid y lleva por nombre la Leyenda del Pisuerga, una embarcación «del estilo de las que subían las aguas del río Misisipi» que surca el Pisuerga a su paso por la ciudad y que cada verano recibe a miles de turistas –y también vallisoletanos– q
«Esté donde esté, siempre tengo en mente los barcos»

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